El día prometía Sol, a las 8:00H. salíamos tod@s muy ilusionad@s con nuestras respectivas monturas dirección Utiel, una vez allí y como no podía ser de otra manera un buen almuerzo de embutidos de la zona acompañado con buen vino de allí. Partimos dirección Ademuz, el día seguía prometiendo Sol y nosotros prometíamos pasarlo bien, un refresquito en Ademuz, parece como si nos estuvieran esperando para darnos la bienvenida por que las campanas de la iglesia empezaron a sonar y no pararon hasta que nos fuimos. Nos acercamos a Casas Bajas donde tomamos un aperitivo de sepia y morro de cerdo (la sepia y el morro estaban exquisitos) con unas cervecitas y después a comer al restaurante “La Moncloa” donde nos estaban esperando para reponer energías. La vuelta a casa ya pintaba mal, nada mas salir de comer ya empezó a chispear, pero hasta Teruel fue incluso bonito, llovía muy poco y se mezclaba el olor a tierra mojada con el paisaje y las hojas de los árboles cayendo sobre nosotros, una imagen totalmente otoñal, pero desde Teruel a Onda nadie se imaginaba lo que nos esperaba, empezó a caer el diluvio universal, una fuerte tormenta, soplando el viento con fuerza, la niebla que nos acompaño un buen tramo y entre el anochecer, la tormenta y el agua que caía no veíamos nada, teníamos que guiarnos por las rayas longitudinales de la carretera y las luces traseras de los coches. La moto de nuestro amigo “El Tete” empezó a fallar debido a la cantidad de agua que caía (desde estas líneas les mando un fuerte abrazo a el y a su mujer) hicimos una parada en Barracas para ver si podíamos solucionar el Problema, pero no pudimos, así que continuamos a la desesperada, a la desbandada, con el sálvese quien pueda, nuestro amigo “El Tete” se desvió hacia la Vall d´Uxo, y hoy nos enteramos que se quedo sin gasolina allí, tubo que ir andando hasta una gasolinera. Para el resto del grupo lo peor estaba por llegar, el desvío de la autovía dirección Betxi, allí creo que la naturaleza nos puso a prueba, empezó a llover como si la tiraran a cubos, el viento empezó a soplar tanto que apenas tenían fuerza las motos para avanzar, la noche cerrada, hasta los coches se paraban en medio de la autovía por que no podían continuar, yo me puse detrás de un coche y guiándome por sus luces traseras fui avanzando como pude entre el agua y el viento, aquello parecía el fin del mundo. Por fin llegamos al apeadero y paró de llover un poco, pero acceder a Onda era un dilema por que estaban todas las rotondas inundadas, las tapas de las alcantarillas habían saltado, el agua en las rotondas en algunos sitios no sobrepasaba la mitad de la rueda de la moto, lo que prácticamente te dejaba media moto bajo el agua, pero nos desviamos por otro camino y salimos a la rotonda de la Fabrica Cerpa, desde allí ya nos fue posible llegar a casa. Una experiencia que termino pasada por agua, hoy lo pensamos y nos reímos, pero en aquellos momentos no las teníamos todas con nosotr@s, no obstante, no quiere decir que no continuemos con nuestra gran afición de viajar en moto, en un riesgo que corremos l@s moter@s de ruta. Estamos mirando haber cuando hay una granizada o una nevada para volver a organizar otra salida (hay que tomárselo con humor). Un saludo.
Una parada de rigor en Cheste para echar un cigarrillo.
Otra toma de la parada en Cheste.
Almuerzo en Utiel.
Otra imagen del almuerzo en Utiel.
En Ademuz, tomando un refresco en la plaza de la iglesia.
En Ademuz, repostando gasolina.
En Teruel, refugiados de la lluvia en la gasolinera.
Otra imagen en Teruel, refugiados en la gasolinera, a partir de aquí a sufrir y a pasarlo mal,es el riesgo que tenemos los moteros de ruta, que te puedes encontrar con algo así, pero no implica que no continuemos con nuestra gran afición de viajar en moto, es algo que te hace sentir vivo.
