PRONOSTICO METEOROLÓGICO.

jueves, 5 de abril de 2018

ALBARRACÍN (TERUEL).....UNO DE LOS PUEBLOS MÁS BONITOS DE ESPAÑA.

Albarracín es una localidad y municipio español del suroeste de la provincia de Teruel, comunidad autónoma de Aragón. Tiene un área de 452,74 km² con una población de 1054 habitantes (INE 2016) y una densidad de 2,33 hab/km². La localidad es Monumento Nacional desde 1961; posee la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes de 1996, y declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad debido a la belleza e importancia de su patrimonio histórico.

Toponimia
Se encuentra situada cerca de la antigua ciudad romana de Lobetum. Los árabes llamaron al lugar Alcartam que se derivaría del antiguo topónimo de Ercávida, pasando a denominarse más tarde como Aben Razin, nombre de una familia bereber, de donde se derivaría su nombre actual. Otros opinan que el término «Albarracín» derivaría del celtaalb, 'montaña', y ragin, 'viña', 'uva' o del antropónimo Razin.
Sin duda el topónimo procede de Ibn (ben) hijo de Razin (reyes taifas de Albarracín desde la fitna hasta Ibn Mardanis, rey Lobo de Murcia. Es decir, el lugar de los hijos de Razin, aunque hasta el s. XIX su nombre oficial es Ciudad de Santa María de Albarracín, denominándose en época islámica Santa María de Oriente.

Geografía

El casco antiguo se encuentra construido sobre las faldas de una montaña, rodeada casi en su totalidad por el río Guadalaviar. Al norte se encuentra la sierra de Albarracín, y al sur los montes Universales. Parte de su término municipal está ocupado por el Paisaje protegido de los Pinares de Rodeno.
En los alrededores nacen los ríos GuadalaviarTajoJúcarCabriel y Jiloca.
Su término municipal es, por razones históricas, uno de los más grandes de la provincia de Teruel (sólo superado por el de Alcañiz) y en él se encuentran las localidades de: Albarracín (capital del municipio), El CañigralLas Casillas de BezasCollado de la GrullaValle CabrielEl MembrilloSan Pedro y Valdevecar.

Disposición

El pueblo está encaramado en un peñón y rodeado por el Guadalaviar. Por este lado y mirando hacia el río se hallan edificadas las casas colgadas. Dentro del pueblo sus calles son empinadas y estrechas, con rincones muy pintorescos. La construcción ofrece la original arquitectura popular con la forja propia de la provincia además de tener el color rojizo característico llamado rodeno.
La ciudad se divide en dos zonas:
  • la parte antigua, la Ciudad, con sus casas colgadas sobre la hoz del río;
  • el Arrabal, situado en la vega del Guadalaviar.

Demografía

Albarracín cuenta con 1.049 habitantes (INE 2015). El impulso económico dado recientemente por el turismo ha permitido frenar la despoblación del municipio, que cuenta con un 12,0% de su población de nacionalidad extranjera(INE 2006).

Historia

En la Edad de Hierro estuvo habitada por la tribu celta de los lobetanos. Se han encontrado importantes pinturas rupestres epipaleolíticas y neolíticas de estilo levantino, esquemático y semiesquemático en el pinar del rodeno. Durante la época romana se llamó, al parecer, Lobetum, y en tiempos de los visigodos, Santa María de Oriente.

Edad Media

Durante el período andalusí, concretamente el siglo XI, el clan bereber de los Banu Razin alcanzó el poder convirtiéndose en la dinastía soberana de la taifa de Albarracín. De este linaje procede el propio nombre de la población (al-Banu Razin: (la ciudad) de los hijos de Razín). De esta magnífica etapa se conservan dos importantes testimonios: la torre del Andador -situada en lo alto del recinto exterior- y el Castillo de Albarracín, que albergó la antigua alcazaba de los Banu Razin.
La taifa pasó posteriormente, por cesión y no por conquista, a la familia cristiana de linaje navarro de los Azagra, que mantuvieron de facto la independencia de Castilla y de Aragón desde 1170, llegando a crear un obispado propio. También el poderoso linaje de Lara ejerció su soberanía sobre Albarracín. Tras el fracaso de conquista por parte de Jaime I en 1220, es Pedro III de Aragón quien la conquistó en 1285 tras sitiarla, pasando definitivamente a la Corona de Aragón en 1300. Esta serie de hechos políticos tuvieron como base la importancia de la fortaleza y del sistema defensivo de Albarracín.
Es una antigua sede episcopal denominada, primero Arcabricense y después Segobricense hasta que, tras la desmembración de las iglesias de Segorbe (Castellón) de las iglesias de Albarracín, paso a denominarse Albarracinense, tras la Bula Papal de Juan Pablo II, mantiene su independencia pero pasa a ser regida por el Obispo de Teruel que es también Obispo de Albarracín.
El 21 de junio de 1257 el rey Jaime I concedió en Teruel a la Comunidad de Santa María de Albarracín o Comunidad de aldeas de Albarracín el privilegio sobre competencia de jurisdicción de sexmeros, asistentes y jurados de dicha Ciudad.

Guerra Civil Española

Durante la Guerra Civil Española tuvieron lugar en la localidad combates entre las tropas republicanas y las franquistas, cambiando varias veces el control de la población entre ambos bandos. En julio de 1937 tuvo lugar una ofensiva republicana sobre la localidad, constituyendo el mayor enfrentamiento bélico habido en la localidad durante la guerra. En un rápido ataque, el 8 de julio los republicanos se hicieron con el control de la localidad a excepción del Ayuntamiento y la Catedral, en los que permanecieron sitiados militares y civiles que se habían refugiado previamente. Los sublevados reaccionaron enviando refuerzos y el 13 de julio lograron reconquistar la localidad y expulsar a las tropas republicanas.

Monumentos

  • Conjunto histórico de Albarracín: su conjunto histórico está declarado como bien de interés cultural con el código RI-53-0000030.
  • Catedral del Salvador: situada junto al castillo, es del siglo XVI con una sola nave y capillas laterales. En su museo hay buenos tapices flamencos historiados con la vida de Gedeón.
  • Alcazar de Albarracín: ubicado en el casco antiguo, recientemente ha sido restaurado y acondicionado para su visita. Entre 2004 y 2006 se han realizado excavaciones arqueológicas y se han restaurado sus estructuras. Si bien conserva un potente recinto amurallado, su interior alberga un interesante campo arqueológico de época medieval. Fue alcázarandalusí, al convertirse el clan de los Banu-Razin en soberanos de este pequeño reino de taifas en el siglo XI, que dio nombre a la ciudad. Durante el siglo XIII y XIV siguió siendo residencia de los señores de Albarracín, y, tras la conquista aragonesa de la ciudad en 1284, se transformó casi completamente. La fortaleza estuvo ocupada hasta finales del siglo XVI; fue destruido en el siglo XVIII tras la Guerra de Sucesión.
  • Palacio episcopal: se encuentra junto a la catedral. Tiene la portada barroca.
  • Casa Consistorial: se encuentra en la plaza del Ayuntamiento. Es del siglo XVI, con balcones de madera y un corredor corrido sobre el río.
  • Casa de la Julianeta: casa de construcción popular, se encuentra en el Portal de Molina
  • Murallas de Albarracín del siglo XIV, de construcción cristiana.
  • Torre del Andador, de aparejo musulmán del siglo X y XI, reforzada con un pequeño recinto rectangular.
  • Torre de doña Blanca, simétrica a la del Andador, se halla en el extremo del espolón.
  • Torre de la Muela, hoy desaparecida; similar a las del Andador y de doña Blanca, se hallaba al otro lado del río. (Fuente WIKIPEDIA).





FOTOS DE LA VISITA DE "ALBARRACÍN" EL 02/04/2018




















martes, 3 de abril de 2018

VISITA NOCTURNA A TERUEL.

Teruel es una ciudad española situada en el sur de Aragón, en la zona centro-oriental de España. Es la capital de la provincia con el mismo nombre y posee un importante patrimonio artístico mudéjar (parte del cual ha sido reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad). Con 35.484 habitantes en 20165​ (INE), es la capital de provincia menos poblada de España. Se encuentra en la confluencia de los ríos Guadalaviar y Alfambra,y desde aquí al Guadalaviar se le conoce también como río Turia. Situada a una altitud de 915 msnm, su clima se caracteriza por presentar inviernos fríos y veranos cálidos y secos.
Entre sus atractivos turísticos se encuentran sus edificaciones mudéjares, el mausoleo de los Amantes de TeruelEl Torico y el centro paleontológico Dinópolis. Los monumentos mudéjares más destacados son la iglesia de Santa María, catedral de la diócesis de Teruel, y las torres de El Salvador, San Martín y San Pedro, a cuyos pies se encuentra la iglesia que recibe el mismo nombre, también de arte mudéjar.

(Vídeo realizado por RTVE).


Orígenes y Edad Media

Teruel estuvo poblada desde los tiempos de los celtíberos, los cuales llamaban al lugar Turboleta. El topónimo Turboleta podría venir del término vasco-íbero itur + olu + eta (lugar de fuente, manadero), según la teoría del vascoiberismo. Hay restos en el yacimiento del Alto Chacón. La zona fue ocupada posteriormente por los romanos, quedando restos en poblaciones cercanas, como los de Cella.
Algunos autores aseguran que en el mismo emplazamiento de la actual ciudad de Teruel (concretamente en el barrio de la Judería), se asentaba Tirwal, nombre que procedería del árabe, con el significado de "torre",​ enclave musulmán citado en el año 935. Sin embargo, aunque se ha detectado arqueológicamente la presencia de ocupación islámica de este espacio, los restos localizados no pertenecen a un núcleo de población, sino más bien a una construcción defensiva.
El 1 de octubre de 1171 el rey aragonés Alfonso II tomó Tirwal con la intención de reforzar la frontera meridional de su reino, que consideraba amenazado por la toma de la ciudad de Valencia por los almohades. Y en 1171 fundó la ciudad de Teruel, dotándola de fueros y privilegios para facilitar de este modo la repoblación de la zona.
La fundación de Teruel supone un cambio sin precedentes en la estructura política y territorial del sur de Aragón, ya que el predominio del Albarracín y la Alfambra de época musulmana, será sustituido por el de la nueva fundación, Teruel en especial en detrimento de Alfambra, que quedará en un segundo plano bajo la fórmula jurídica de señorío.​
Según una leyenda, para fundar la nueva ciudad, los sabios y las gentes principales de villa se reunieron y buscaron diversas señales y presagios, encontrando favorable el que un toro mugiera desde un alto (que se correspondería con la plaza principal actual, la del torico) y que sobre el toro brillara una estrella. De este encuentro toma según algunos autores nombre la ciudad, ya que provendría de juntar en una palabra el vocablo "toro" y el nombre de la estrella, "Actuel", formando de este modo la palabra "Toroel", y después "Toruel". De este fortuito encuentro procedería también el símbolo del toro y de la estrella, que se puede observar tanto en la bandera como en el escudo de la ciudad, además de en el monumento de las vaquillas (en el que se observa a un vaquillero confrontándose con un toro y a un ángel situándole la estrella al toro).
Tras su fundación y repoblación, se constituyó la comunidad de Teruel, conjunto de aldeas del entorno de la localidad.
Los habitantes de Teruel intervinieron en la conquista de Valencia a los musulmanes, y en la guerra de los Dos Pedroscontra Castilla, siéndole otorgada a la población el título de ciudad en 1347 por Pedro IV de Aragón gracias a su colaboración en las guerras de la Unión. Hay que destacar la considerable importancia que alcanzaron las comunidades judía y mudéjar dentro de la vida social y económica de la ciudad, desde que se consolidaran sus aljamas hacia finales del siglo XIII. Hay que destacar el caso de la Judería de Teruel, barrio que conserva todavía su topónimo, y de la que se han localizado abundantes restos arqueológicos.

Edad Moderna

Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) recibió órdenes del capitán general de AragónJosé Rebolledo de Palafox para levantarse en armas contra los franceses. Sin embargo, pocos meses después, y con escasa resistencia, fue ocupada por fuerzas imperiales al mando del mariscal Suchet, las cuales mantuvieron la plaza bajo su poder hasta su evacuación en 1813. Los franceses volaron varias edificaciones civiles y conventos de la capital, quedando como herencia a estas destrucciones los actuales espacios abiertos de la plaza del Seminario y el Óvalo. En 1817 se ejecutaron obras de reparación en el Seminario, que había sido sede de la guarnición francesa durante la guerra.Uno de los hechos más relevantes de su historia se produjo en las llamadas Alteraciones de Teruel y Albarracín. Durante el reinado de Felipe II, el Tribunal de la Inquisición cometía constantes contrafueros, por lo que no fue aceptado por estas poblaciones, provocando frecuentes alteraciones populares, a veces con violencia hacia los inquisidores. En el año 1572 se provocaron tales altercados que el rey, ejerciendo su autoridad, mandó un ejército castellano al mando del duque de Segorbe a invadir Teruel. Hubo combates durante varios días al estar la ciudad fortificada, pero finalmente la plaza se rindió el Jueves Santo de aquel año. Durante una semana se ajustició a los cabecillas en los jardines del Barón de Escriche, actual Plaza de San Juan. Este hecho desacreditó enormemente la foralidad aragonesa.
Durante las Guerras Carlistas, la capital se mantuvo fiel a los gobiernos liberales frente al poder carlista del Maestrazgo, sin ser nunca amenazada por las tropas del general Cabrera, aunque sí se prepararon expediciones para sofocar el acoso carlista sobre la Tierra Baja, y para acudir en socorro de la sitiada Alcañiz en 1838. Durante la Tercera Guerra Carlista la ciudad fue atacada por Marco de Bello y el pretendiente Alfonso Carlos, con numerosas tropas, pero fracasaron y solo consiguieron penetrar en los arrabales de la ciudad.
En 1858 destaca la construcción de la actual fuente del Torico, el icono de la ciudad. A finales del siglo XIX la ciudad gozó de una cierta prosperidad, propiciada por la pequeña burguesía que la habitaba. Fruto de este periodo de prosperidad son las obras modernistas que salpican el casco urbano, datadas a principios del siglo XX. Será por estas fechas (1901) cuando llegue el Ferrocarril a la ciudad.

Guerra Civil

Teruel adquirió fama durante la Guerra Civil al ser el escenario de la batalla de Teruel. En julio de 1936, el alzamiento triunfó en Teruel, al igual que en el resto de capitales aragonesas, gracias al apoyo de la Guardia Civil y la Guardia de Asalto de la ciudad. La llegada de columnas frente populistas desde Levante hizo, sin embargo, que quedaran en manos de la República la mayor parte de los territorios circundantes, quedando el frente estabilizado durante casi año y medio pese a las múltiples ofensivas republicanas .
Las tropas republicanas, al mando del general Vicente Rojo, comenzaron su ofensiva el 15 de diciembre de 1937, por la zona de Corbalán, con bombardeos aéreos a nudos de comunicaciones y al casco urbano turolense, hasta llegar a posiciones cercanas a la capital. Por otro lado, el coronel Domingo Rey d'Harcourt, preparó la defensa con sus escasos efectivos, que no alcanzaban los 5.000 hombres, concentrándose en puntos fuertes de la ciudad como el edificio de la Comandancia, en la plaza de San Juan, y en el seminario. Numerosos vecinos acudieron a guarecerse en él. Llegaron a más de 1.500 los civiles y 1.759 militares, con otros 1.059 que se agregaron desde otras posiciones, que se aprestaron a la defensa. Al llegar a los aledaños de la capital, las fuerzas de la República iniciaron una gran preparación artillera sobre el centro de la ciudad, reduciéndola a escombros en las zonas centrales. Fueron muchos los combates cuerpo a cuerpo dentro del centro urbano, en los que bastantes civiles se vieron implicados.En diciembre de 1937, con el fin de aliviar la presión que las tropas nacionales ejercían sobre Madrid, el alto mando republicano reunió 12 divisiones con más de 110.000 efectivos encuadrados en tres cuerpos de ejército que debían reducir el saliente que para el frente de guerra suponía Teruel, y la amenaza que representaba para el Levante, en poder de la República. El éxito de la primera parte de la operación fue un hito, pues Teruel fue la única capital de provincia conquistada por la República en el transcurso de la Guerra.
El ejército sublevado reaccionó con presteza para socorrer a los sitiados, pero las bajas temperaturas y una gran tormenta de nieve que imposibilitó las operaciones, no permitieron a las fuerzas del general Aranda que pudieran penetrar en la ciudad y romper el cerco republicano, por lo que los defensores rindieron la ciudad el 8 de enero de 1938. En esta capitulación las fuerzas republicanas tomaron como prisioneros, entre otros, al coronel Rey d'Harcourt y al obispo de la diócesis de Teruel-Albarracín, Anselmo Polanco. Ambos fueron asesinados un año más tarde, casi al final de la contienda y en plena retirada de Cataluña, el 7 de febrero de 1939, en la localidad de Pont de Molins (Gerona) por fuerzas bajo el mando de Enrique Lister.
La respuesta de las fuerzas nacionales había continuado el 31 de diciembre con ataques bajo la dirección del general García Valiño. El 2 de enero los atacantes tomaron posiciones en los alrededores de la ciudad, aunque hasta el 7 de febrero no consiguieron internarse en ella. Con una fuerte ofensiva artillera y apoyo aéreo por parte de la Legión Cóndor (en la batalla de Teruel se utilizó por primera vez, y como preludio de lo que ocurriría en la Segunda Guerra Mundial, el avión alemán Ju-87 Stuka), cerraron el sitio hacia el día 20. A pesar de los esfuerzos republicanos, el 22 la rendición fue total, con la toma de más de 15.000 prisioneros y numeroso material bélico. De esta manera se volvió a un estado en el frente similar al anterior a la operación, con Teruel recuperada para los nacionales y unas pérdidas muy acusadas en hombres y material para la República, que no consiguió sus objetivos iniciales, solamente retrasó la actuación de Franco sobre Madrid que se decantó por actuar en Levante, partiendo poco después el territorio republicano.
Finalmente con la nueva ofensiva nacional en Aragón hacia el Mediterráneo, en marzo de 1938, aprovechando la acumulación de fuerzas en Teruel, el frente se alejará de la capital y poco a poco se irá normalizando la vida en la castigada ciudad, la cual quedó prácticamente destruida después de dos severos sitios.
Recién terminada la contienda comenzaron los trabajos de reconstrucción a cargo del Dirección General de Regiones Devastadas. Su actividad duró hasta mediados de los años cincuenta, en los que se aprovechó para dotar a Teruel de mayores espacios abiertos y racionalización de calles. Sus principales actuaciones se plasman en el Seminario y aledaños, la calle y plaza de San Juan y el conjunto del Óvalo. (Fuente WIKIPEDIA).

FOTOS DE LA VISITA NOCTURNA EL 01/04/2018.
















Isabel de Segura y Diego de Marcilla (LOS AMANTES DE TERUEL).

La historia o leyenda de los amantes de Teruel cuenta la historia de amor entre dos jóvenes turolenses, Isabel de Segura y Juan Martínez de Marcilla (también identificado como Diego de Marcilla), conocido a partir de las recreaciones del teatro barroco como Diego. Desde 1996 se celebra en Teruel, como recordatorio de la tradición, la festividad de Las Bodas de Isabel de Segura.
Hubo una vez, en Teruel durante el siglo XIII, un rico mercader que tenía una hija muy bella. La muchacha, de nombre Isabel de Segura, y un muchacho pobre pero honrado de nombre Diego de Marcilla, se encontraron un día en el mercado y se enamoraron profundamente. Los jóvenes se amaban mucho, hasta el punto de que se hablaron de su amor, y el joven le dijo que deseaba tomarla por esposa. Ella respondió que su deseo era el mismo, pero que supiese que nunca lo haría sin que su padre y madre lo aprobasen. Por desgracia, pese a que Diego Marcilla era un joven de buenas prendas, no poseía riquezas ni hacienda alguna. Él le dijo a la doncella que, como su padre tan solo lo despreciaba por la falta de dinero, si ella quería esperarlo cinco años, estaría dispuesto a salir a trabajar allí donde fuera necesario para poder ganar dinero y hacerse digno de matrimonio. Ella se lo prometió.
Peleando contra los moros, ganó pasados cinco años cien mil sueldos y durante este tiempo Isabel fue muy importunada por su padre para que tomase marido. Logró impedir que la casara diciéndole que había hecho voto de virginidad hasta que tuviese veinte años y sosteniendo que las mujeres no debían casarse hasta que pudiesen y supiesen regir su casa. Pasados los cinco años el padre le dijo: «Hija, mi deseo es que te cases». Y ella, viendo que el plazo de los cinco años estaba a punto de concluir y su novio no comparecía ni daba razón de sí, terminó por creer que estaba muerto. Enseguida el padre organizó la boda con un rico pretendiente. No obstante, en ese mismo día regresó Diego de Marcilla, que había sido importunado por todo tipo de contratiempos.
Esa noche, Diego logró entrar sin ser visto a la recámara en que los esposos dormían, y suavemente la despertó, rogándole «Bésame, que me muero», y ella le respondió dolida: «Quiera Dios que yo falte a mi marido; por la pasión de Jesucristo os suplico que busquéis a otra, que de mí no hagáis cuenta, pues si a Dios no ha complacido, tampoco me complace a mí». Él dijo otra vez: «Bésame, que me muero». Repuso ella: «No quiero». Entonces él cayó muerto.
Ella, que lo veía como si fuera de día por la gran luz de la habitación, se puso a temblar y despertó al marido diciendo que roncaba tanto que le hacía sentir miedo, que le contase alguna cosa. Y él contó una burla. Ella dijo que quería contar otra. Y le contó lo ocurrido y de cómo con un suspiro Diego había muerto. Dijo el marido: «¡Oh, malvada! ¿Y por qué no lo has besado?». Repuso ella: «Por no faltar a mi marido». «Ciertamente, dijo él, eres digna de alabanzas». Él, todo alterado, se levantó y no sabía qué hacer. Decía: «Si las gentes saben que aquí ha muerto, dirán que yo lo he matado y seré puesto en gran apuro». Acordaron esforzarse y lo llevaron a casa de su padre. Lo hicieron con gran afán y no fueron oídos por nadie. A la joven le vino al pensamiento de cuánto la quería Diego y de cuánto había hecho por ella, y que por no quererlo besar había muerto. Acordó ir a besarlo antes de que lo enterrasen; se fue a la iglesia del señor San Pedro, que allí lo tenían. Las mujeres honradas se levantaron por ella. Ella no se preocupó de otra cosa más que de ir hacia el muerto. Le descubrió la cara apartando la mortaja, y lo besó tan fuerte que allí murió. Las gentes que veían que ella, que no era parienta, estaba así yacente sobre el muerto, fueron para decirle que se quitase de allí, pero vieron que estaba muerta. El marido contó el caso a todos los que había delante, según ella se lo había contado. Acordaron enterrarlos juntos en una sepultura. Juntos para siempre. (Fuente WIKIPEDIA).

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FOTOS DE LA VISITA AL MAUSOLEO EL 02/04/2018